10 oct 2010

InterRiders - Capítulo 1

Hola, soy Gah y les doy la bienvenida a quien sea que ha decidido a pasarse por aquí a leer lo que tenemos para ofrecerles.


Para empezar me gustaría presentarles InterRiders, una historia que lleva tiempo desarrollandose conmigo y que me gustaría mostrarles, a veces tensa, a veces relajada... A veces parece gay, pero no se preocupen que no lo será. Espero que la disfruten leyendola tanto como yo excribiendola... Si es posible, más.





Prólogo

Hemos avanzado bastante en la tecnología, cada vez vemos más máquinas que van por la calle por su propia voluntad, aunque sea usualmente por la voluntad de aquellas personas en sus oficinas, o las que simplemente no quieren salir de sus casas a hacer un recado menor.

La electrónica se vuelve cada día una herramienta no solo más útil sino más poderosa con cada segundo que pasa, al punto que la mente no solo puede tener la ilusión de que viaja a través de las redes, sino que literalmente puede no solo volverse electrónica, sino que puede incluso guardarse en la comodidad de un disco.

Llegó un momento en que grandes empresas empezaron a expandir sus negocios al Internet, pero nada que ver con lo que conocemos ahora, en el que vemos ventanas que expresan lo que nosotros consideraríamos un catalogo, sino algo real, en donde la gente podría soltar su mente, entrar en la Internet como si fuera un mercado de pulgas y hacer las transacciones, cosa que, aun pareciendo totalmente inútil, esto hizo que por primera vez se pueda ver el rostro y hablar con el mismo comerciante en línea, sin necesidad de buscarlo al otro lado del mundo.

Grandes avances en la tecnología de realidad virtual se incorporaron, convirtiendo lentamente el Internet en un sitio al que se podría entrar en modo de realidad virtual, muchos sites se fueron moldeando y creando de manera que estos pudieran moverse apropiadamente en este nuevo entorno, muchos usuarios crearon sus avatares, aquellos looks que siempre quisieron tener pero que les resultaba imposible, otros simplemente, mayormente los niños, copiaron el aspecto de su personaje favorito y tomaron el rol de este. Este fue un largo proceso que dejó de ser beta en el 2012.

Meses después ocurrió una catástrofe que nadie había previsto, hubo un momento en que los servidores colapsaron, fue un suceso de solo segundo que borró los recuerdos de la gente que estaba conectada, y no solo eso, desconectó sus mentes del cuerpo real… Ya no podían volver a ser aquellos humanos que solían ser, y para completar las desgracias, llegó aquel momento que nadie espera, por simplemente no querer creerlo hasta tenerlo ante sus ojos: El Apocalipsis.

Ráfagas de ardiente fuego provenientes de un estallido proveniente del mismo sol, devastaron la tierra arrasando hasta los rincones más recónditos del planeta, no hubo ser viviente que sobreviviera, salvo por aquellas máquinas que estaban programadas sin conciencia, solo para recoger minerales, transportarlos, purificarlos, utilizarlos para fabricación, aquellas máquinas destinadas a transporte y reparación y mantenimiento.

Curiosamente esto creó una nueva esperanza de “vida” para la humanidad, ya que el servidor que mantenía aquellas mentes atrapadas en el servidor del Internet, seguía funcionando y prestando servicios, y aunque solo quedaran máquinas y desolación en la tierra, este fin no es más que el inicio de otro nuevo mundo.


Capítulo 1 – El Infierno ante nosotros.
      
Es marzo 19 de 2030, es algo que no se pregunta, ni se discute, y mucho menos se dice… Por alguna razón, simplemente lo sabemos, esta en mi mente como si algo me dijera el flujo del tiempo, no puedo decir que sea algo normal… Pero tampoco puedo decir que es algo extraño, considerando que a todos les pasa lo mismo, como si una voz colectiva nos diera el tiempo exacto.
      
Soy un chico normal del Internet, de ojos y cabello largo castaño, que siempre va a todas partes vestido igual siempre como si fuera una caricatura. La ropa que llevo siempre consiste en una camiseta blanca, con un chaleco azul mangas cortas, adornado por un par de hombreras marrones y amarillas, un short marrón y un par de zapatos también marrones, que muchos dicen que son demasiado grandes para mi talla, aunque francamente es algo que no me importa en lo absoluto.
      
Soy moderador de un Website sin nombre en medio de la nada… Básicamente, evito que la gente meta la pata haciendo cosas que no deberían hacer o cosas que no deberían decir, siguiendo las reglas que nosotros mismos hemos implementado por la seguridad de todos, pero cuando no estoy vigilando los foros, doy vueltas por el Internet en sitios fijos, que son de mi interés, como DeviantArt o Newgrounds… Podría decirse que son mis sitios favoritos y mi primera elección al salir, aunque siempre es bueno cuando todos mis compañeros a los que “vigilo”, vamos al Puerto de Google exclusivamente a ver que nos trae el alter-cielo, o simplemente pasarla bien.
      
No me mal entiendan, no soy ningún tipo de autoridad real en esa islita a la que llamamos “Hogar”, simplemente me gusta ver que todo vaya bien entre todos, aunque la mayoría de los miembros están distantes en Websites variados, soy simplemente un sujeto que observa atentamente lo que ocurre durante su guardia, sin ninguna intención de ser un superior, sino solamente ayudar y ya, es lo que hago, y es lo que me gusta hacer.
      
Aunque por el momento, estoy durmiendo, simplemente repongo energías… Basta con cerrar los ojos y dejar que tu cuerpo haga el resto, el tiempo vuela cuando lo haces, pero es un tiempo que te sumerge en una oscuridad tranquilizante, que relaja el cuerpo y la mente, aunque no duro mucho haciéndolo, puesto siento que algo bastante liviano y con un aroma seco y quemado se posa en mi nariz.
      
Casio: “…Hmmm...”

Con los ojos ya abiertos, trato de ver lo que es, pero esta demasiado cerca como para verlo con precisión, así que uso mi mano para quitármelo de la cara y verlo con más detenimiento en esta, pero se deshace entre mis dedos, dejando una huella negra de lo que solía ser…

Casio: “¿Huh, Cenizas?”

Se lo que significa, Helga debe estar practicando en otro sector de la isla… Helga es una amiga mía, la conozco desde hace mucho, tiene cabello corto y rubio, también tiene un par de ojos extraños, son azul verdoso y bastante profundos, como si pudiera verte no solo a ti, si no el interior de tu alma. Sus ropas habituales son trajes rojos, oscuros o negros; al que ella llama un estilo “Victoriano”, bastante elegante y adornado con detalles que le encajan de maravilla, pero normalmente para entrenar, usa una camiseta blanca que cubre con una chaqueta negra, que por alguna razón tiene 2 trozos de metal que hacen papel de hombreras… Siempre me he preguntado el porque de eso.
      
Muchos dicen que es mi clon malvado, claro que aunque tome ese comentario a modo de chiste podría decir que es un 50% cierto… Puesto de malvada no tiene nada, aunque a veces sus primeras impresiones no sean las mejores.

Siendo sincero, no se que pensarán muchos de ella, o a ciencia cierta, que pensará ella de mí, pero puedes estar seguro de que me verás ahí haciendo todo lo posible para que ella sea feliz… Podría decirse que es uno de esos propósitos secundarios en mi vida, pero por ser secundario no se convierte en el menos importante.

Tras terminar de despertar mi cuerpo, me levanto poniéndome un par de guantes del color de mis zapatos, tomando también mis portaminas conmigo, que son como mis armas de elección… Se que suena estúpido, y probablemente lo sea, pero no solo sirven para dibujar, aun cuando son del largo de mi brazo; las minas que tiene son lo bastante filosas como para cortar madera y se pueden usar a modo de proyectil a conveniencia.

Casio: “Helga debe estar entrenando ahora mismo, iré a verla.”

Diciendo esto, me dispongo a correr hacia aquel horizonte, prestando algo de atención a la lluvia de ceniza que cae del cielo como si fuera una nevada… Ella debe estar esforzándose mucho hoy, y la sola idea imprime una sonrisa en mi rostro, sonrisa que se borraría violentamente de mi rostro, al ver un horror que detendría mi enérgica carrera en seco…

Casio: “¡El foro… Está…!”

Siento como el miedo corre por todo mi cuerpo, corriendo por mi columna, paralizando mis piernas y dejándome casi sin habla… Lo que solía ser el hermoso lugar donde vivían, iban y venían muchos de mis compañeros, quedó reducido a ruinas y pastizales ardientes que no dejan nada más que destrucción ante mí, es una terrible imagen que simplemente no puedo creer.

Casio: “Pero como es… Oh no…”

Sentí que mi corazón casi se paralizó en el momento que lo pensé: Helga toma precauciones para evitar que su fuego se salga de control a causa de sus prácticas, y aun siendo así, ella es capaz de controlarlo de modo que puede aplacarlo con el simple movimiento de sus manos. Significa que algo ha venido exclusivamente a destruirnos… Pero eso no es lo que realmente me asusta en aquel momento, lo que realmente temo es que…

Casio: “¡HELGA!”

¿?: “¡Espera Casio!”

Ese llamado de esa voz familiar… No solo me detuvo a punto de correr compulsivamente, sino que me sacó de aquel estado de pánico, aunque no puedo decir que estoy calmado, por lo menos ahora tengo los pies sobre la tierra.

Casio: “Cid…”

Ante mi esta parado nada más y nada menos que Cid, uno de los que podría llamarse la parte más antigua he interesada en, no tanto en el Website, sino en el grupo como tal, vestido ante mi con un Blue Jean acampanado, una camisa negra con mangas azul marino del color de su pantalones, llevando aquellos anteojos de trabajador naranjas que normalmente destacan en el, cubriendo completamente sus ojos, como si se tratara de una máscara  o un antifaz.

Cid: “No te preocupes por Helga… Ella sabe cuidarse sola, por el momento debemos reunirnos en reunir a los otros”

Si, a veces lo olvido… Helga por si sola es bastante fuerte, sea lo que sea que vino, ella sabrá manejarlo, estoy seguro que debe estar haciendo lo mismo que me ha dicho Cid.

Casio: “Entiendo… Yo iré al oeste a ver a quien puedo conseguir”

Cid: “Entonces yo iré al este, cuando veas a alguien tráelo acá y continua buscando, no podemos permitir que se pierda uno solo de nuestros amigos.”

Casio: “OK.”

Ambos: “¡Suerte!”

Gritamos lo mismo al unísono, corriendo en direcciones distintas, sin perder el tiempo o vacilar en algún momento, ahora lo más importante en el bien estar de todos y no se lo que este allá afuera, pero si pudo acabar con todo nuestro foro así como así, entonces los destrozos son nuestra última preocupación.


Interludio: Back-up

Puede verse ascender hacia el cielo una terrible cantidad de humo y cenizas, que van de la tierra hacia el cielo empujadas por el calor y el viento que alimenta las llamas que son la fuente de semejante infierno.

Además de esto, puede verse la devastación de innumerables sitios, uno a uno, haciéndose pedazos por todo aquel castigo que recibieron esas estructuras, que alguna vez estuvieron habitadas, y ahora ni siquiera un alma esta a la vista, solo ha quedado desolación en aquel lugar.

Son contados los que están en aquel sitio, pero una persona en particular aun sigue ahí, y no esta pensando en huir de lo que podría ser el provocador de semejantes desgracias.

Esta refugiada dentro de las ruinas de una casa que todavía puede mantenerse sobre sus cimientos, no para escapar de sus persecutores, sino para hacer un proceso delicado, que no merece interrupción y que debe hacerse con mucho cuidado.

La chica de rubios cabellos se levanta con un dispositivo en sus manos, observándolo con detenimiento con sus ojos azul verdoso. Lo que lleva en sus manos, podría significar que el lugar en el que está parada ahora mismo, cayéndose a pedazos, podría ser salvado con el simple hecho de mantener ese dispositivo a salvo.

Helga: “Muy bien, ya lo tengo, ahora debo salir antes que…”

No pudo terminar su oración, una presencia perversa se dirige hacia donde esta ella, como si siguiera su aroma en las planicies carbonizadas.

Helga: “Rayos, ya están aquí…”

No esta segura de si podrá ganar, porque no esta segura de si es un solo ser o son muchos, no lo puede acertar con claridad, solo se queda ahí esperando, tomando de el suelo una enorme espada de metal sólido cerca de ella, manipulándola en su mano derecha como si fuera un cuchillo de mantequilla.

Helga: “¡Muy bien monstruo, vengan aquí, te estoy esperando!”

Ella grita esto haciendo un gesto de amenaza con sus dedos hacia una ventana que se rompe de golpe, a causa de un intruso que pasó a través saltando, como un gato que salta hacia un ratón atrapado.

La criatura habla en un lenguaje parcialmente compresible, en un tono mecánico y muerto, repitiendo siempre lo mismo… “Absorber…Corromper…Destruir…”.

Tan rápido como si hubiese sido por instinto y en el mismo momento en que aquel ser entra saltando la ventana, Helga salta hacia el frente, lanzando un veloz y poderoso corte vertical, que rebana a la mitad a aquel extraño ser, dejando nada más que un pestilente charco de un espeso liquido negro verdoso, que termina por desvanecerse como si lo hubiera secado el viento.

Aunque le resultó fácil, eso no hace que se quede más tranquila, ella sabe que no es el único, y sabe que no la dejarán ir hasta que acabe con todos ellos.

Helga salta por la ventana, corriendo a toda prisa. Su labor en aquella casa terminó, lo que quería ya lo tiene en sus manos y no hay necesidad de volver por nada, guarda el dispositivo entre sus ropas y coloca su enorme espada en sus espaldas.

No tiene tiempo que perder, apresura su paso más y más, pues sabe que su misión no ha acabo, ya que aunque pudiese reconstruir desde cero lo que alguna vez fue su hogar, las personas que viven con ella no podrían ser remplazadas si algo llegara a pasarles.
Su carrera no dura mucho, puesto tan rápido como frenó al darse cuenta de la situación, estaba rodeada por cientos de criaturas iguales a la que destruyó en la casa.
Sin más alternativa, mordiéndose los labios y armándose de valor, se prepara para una batalla en las que o puede perder o luchar por siempre, hasta que su cuerpo se haga polvo.


Fin del Interludio

Ya llevo casi media hora corriendo… Pero lo que me agota no es el ejercicio físico sino la tortura mental… Con cada paso que doy, la devastación no se detiene, y las llamas cada vez son más ardientes y agresivas, es como si corriera hacia el infierno pidiendo a gritos ser castigado.

No se cuanto más pueda soportarlo… No he visto a nadie  en todo el trayecto, y estoy prácticamente a varios kilómetros de llegar al extremo este de la isla, solo un puñado de edificios destrozados y hundidos en un mar de fuego… Lo único que ha cambiado es que ahora escucho golpes metálicos, como si un martillo golpeara en una lamina de acero… No… Es más como si un par de espadas chocaran… Espadas… ¡Hay alguien peleando aquí!

Me dirijo hacia la fuente del sonido con todas mis fuerzas, las posibilidades de que sea Helga son muy altas, no muchos pelean usando espadas entre nuestros visitantes, sin embargo igual podría ser cualquiera en una situación desesperada, pero sea quien sea, esta en problemas, y necesita mi ayuda.

Tras seguir la fuente del sonido encuentro algo perturbador… Se trata de algo que parece un ejército, un ejército con el aspecto de millones de troles mecanizados, que despiden una terrible aura de malicia, que aunque la he visto antes, esta es diferente… Veo muchos monstruos de esos ante mí, pero siento como que todos fueran el mismo, como si un alma perversa con sed de sangre tuviera posesión sobre cientos de miles.

La escena es perturbadora, el horizonte no puede verse a causa de aquel numeroso ejército que mira hacia el este, dándome la espalda, pero puede verse que actúan como si trataran de alcanzar el centro.

No cabe duda, hay alguien en el medio de esa legión siniestra, y esta luchando por su vida ahora mismo, pero dudo que lo logre con tan numerosos enemigos rodeándole… No queda otra opción, debo abrirme paso a través de ellos y llegar al centro.

Empuñando con fuerza mis portaminas, me concentro en mi objetivo, llegar al centro y sacar a esa persona de ahí, cueste lo que cueste… Intento llenarme de coraje, que hace que corra contra aquel ejército para abrirme paso entre ellos, sin pensarlo mucho.

Lanzo numerosos golpes, puñetazos, porrazos, estocadas, barridas y empujones contra aquel ejercito, sin la verdadera intención de acabar con ellos, si no teniendo en mente que quien esta en el centro de esto, podría morir si no actúo rápido, alguien cercano morirá seguro.
Los golpes tienen efectos extraños sobre los monstruos… Los que logro alcanzar a dañarlos de manera letal, se derriten a partir de donde resultó el golpe fatal, y luego desaparecen, como si se evaporaran por los aires, es perturbador... No conozco ser que fallezca de semejante manera, pero no tengo tiempo para pensar en eso, ya estoy muy cerca del centro, y puedo oír como los golpes entre espadas se vuelven más intensos.

Lo más extraño de todo esto es que los monstruos actúan como si no estuviera ahí, simplemente se dirigen hacia el centro como si algo magnético los atrajera, viéndose prácticamente como zombis con ganas de comer algún cerebro.

Por fin lo logro, el centro esta ante mí, visible tras apartar al último par de monstruos con mis brazos. En el centro de todo se encuentra Helga, con cara de cansancio e irritación, lanzando poderosos cortes hacia aquellas criaturas que van hacia ella.

Se ve muy mal, no se cuanto tiempo haya estado peleando ahí, pero puedo verlo claramente, cada minuto que pasa debilita su cuerpo y mente. Básicamente, esta atacando todo lo que se mueva el más mínimo centímetro, sus manos y piernas, aunque sea parcialmente visible, están temblando, no de miedo, sino de agotamiento.

Casio: “¡HELGA!”

Helga: “¡Casio, ¿Qué estas haciendo aquí!?

Casio: “¿¡Que no es obvio?, he venido a buscarte!”

Helga: “Vete de aquí, ¡puedo manejar esto por mi cuenta!”

Casio: “Serás…”

Es obvio que no puede, al paso que va, será solo cuestión de minutos su cuerpo se hará polvo y ahí acabara el combate para ella… Aunque quiera o no, debo sacarla de aquí. Salto hacia Helga, abrazando con fuerza su cintura y levantándola como si fuera un costal.

Helga: “¡Pero que haces, suéltame!

Casio: “Lo siento, pero eso no será posible”

Helga: “¡N-no, espera-!”

Es muy tarde para detenerse, los enemigos se acercan a nosotros y no tengo manera de defenderme con Helga entre mis brazos.

Curiosamente, mi cuerpo salta casi en forma automática, al recibir un ataque frontal, para evadirlo, de resto, salto sobre la cabeza de aquellas abominaciones, abriéndome paso entre saltos y una planicie llena de cabezas.

Mi forma de moverme entre estas es mucho menos que elegante, doy saltos torpes y apresurados debido a que los monstruos se mueven constantemente hacia nosotros, sin mencionar que Helga patalea con fuerza intentando liberarse… Si no fuera porque ha perdido casi toda su fuerza combatiendo, me sería imposible avanzar sin soltarla.

Tras por fin terminar de cruzar aquel mar de cabezas, corro a toda velocidad hacia el este, sin mirar hacia atrás o titubear en lo más mínimo, cosa que por alguna razón hace que Helga se moleste más y más a un punto que ya es casi imposible mantenerla sujeta.

Helga: “¡Ya basta, suéltame!”

Casio: “Ni de broma, si sigues esforzándote así acabarás muerta.”

Helga: “¡No lo entiendes, debemos buscarlos a todos y sacarlos de aquí!”

Casio: “Ya revisé todo el lado este de la isla, no hay absolutamente nada, y Cid debe estar terminando de revisar.”

Helga: “¿Ósea que Cid esta buscando a nuestros compañeros también?”

Casio: “Si, pero no creo que podamos volver al punto de encuentro, no con ese ejercito esperándonos”

Helga: “¡No lo entiendes, debemos ir por Cid y los demás ahora!”

Helga: “Se que este es un momento crítico, pero aun así no veo porque tanta prisa”

Helga: “Dime, ¿en algún momento desde que todo esto empezó, haz mirado hacia el oeste?”

Casio: “¿Y eso que tiene que ver con encontrarlos a todos?”

Helga: “¡Solo dime si lo hiciste o no!”

Casio: “Pues ahora que lo mencionas…”

Es cierto, en ningún momento he visto hacia atrás, corrí derecho desde mi hogar hasta el centro, donde encontré a Cid  y seguí derecho hasta donde estoy ahora, no me había percatado hasta ahora… Entonces Helga trata de advertirme de algo atrás de mí, así volteo para ver de qué se trata… La impresión es tan grande, que hago caer a Helga accidentalmente, viendo aquello que trataba de advertirme.

Se trata de una nave de un tamaño monstruoso… Tiene por lo menos 1/3 del tamaño de la isla donde estamos parados, y en el medio de esta, ocupando al menos ¼ de la masa total de la nave, un gigantesco cañón que carga partículas blancas de energía, a medida que se acerca al centro del site.

Casio: “N-no puede ser…”

Helga: “Es por eso que tenemos que apurarnos y rescatar a los demás, no podemos darnos el lujo de perder a nadie”

Casio: “Lo entiendo, pero…”

Helga baja la cabeza al igual que yo, ambos sabemos que es imposible para cualquiera de los dos llegar al lado oeste antes de que aquel cañón se dispare. El momento en que ambos lo pensamos, hay un incomodo silencio en el aire, en el que los dos pensamos lo mismo… “No podemos hacer nada al respecto”, pero…

Casio: “¡No te preocupes Helga!”

Helga: “¿Eh?”

Casio: “Cid es un defensor experto, estoy seguro que sea quien sea al que haya encontrado, podrá arreglárselas para protegerlo incluso de aquel rayo”

Helga: “Casio… Si, supongo que tienes razón, pero…”

Ambos vemos el cañón con impotencia que se agrega a nuestros hombros en forma de resignación, no podemos llegar tampoco a la nave antes de que aquel cañón lance su carga… Quedaríamos fritos bajo el poder de semejante arma.

El rayo es finalmente disparado con un poder devastador que sacude hasta las profundidades más remotas de la isla, puede sentirse como cada momento que pasa, el sitio entero se hace pedazos, desquebrajándose y temblando… Pero lo que más me perturba es la tranquilidad de Helga, ella simplemente cierra sus ojos y levanta sus brazos, como esperando que la explosión llegue a ella… Simplemente no puedo soportar verlo.

Casio: “¡HELGA!”

Helga: “¡!”

Salto sin pensarlo directo hacia Helga, abrazándola con fuerza y dándole la espalda a la explosión, tratando de protegerla de aquella poderosa onda de choque que se dirige hacia nosotros.

Helga: “¡¡N-no, deten-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh!!”

Casio: “¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrggghhh!!!”

No puedo verlo, pues he apretado mis ojos con fuerza a causa del dolor, pero puedo sentirlo… Siento como si mi cuerpo se hubiera quemado, y ahora volamos por los aires como misiles en el cielo… puedo sentir el alter-cielo debajo de nosotros y aquella brisa fresca que proviene de este… Lo último que recuerdo antes de perder la conciencia, es haberme estrellado contra un muro… No se que muro era… Solo se que Helga y yo recibimos el impacto de costado, y que estamos muy lejos de nuestro hogar.

Mis pensamientos son muy vagos, mis sentidos se desvanecen a medida que caemos tras golpear ese muro… No recuerdo haber tocado el suelo… Ni siquiera recuerdo haberlo sentido… Mi mente termina de desvanecerse en la oscuridad de mi inconciencia antes de tocar suelo…

1 comentario:

  1. holaaaaaaaaaaaa oigan estan muy muy buenas las historias¡¡¡¡¡¡¡ me alegra conocer una parte mas expresiva de sus escritores............. es broma chicos jajajajaja oigan cuando bajan mas capitulos ya estoy ansiosa¡¡ :)

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